sábado, 24 de noviembre de 2012

IDENTIFICACIÓN RESTOS INFANTILES. INTERÉS DE LOS DIENTES.


LA IMPORTANCIA DE LOS DIENTES EN SITUACIONES EXTREMAS (I). A PROPÓSITO DE DOS CASOS.
En Mayo del año 2000 desapareció un niño de  3 años aproximadamente, en el término municipal de Coslada, en las proximidades de un Centro Comercial en las proximidades del Puente de San Fernando.
En Noviembre de ese mismo año se encontraron unos restos esqueletizados que podrían corresponder al niño desaparecido en Mayo. Al inspeccionarlos se buscaron muestras de ADN para comparar con la madre (el padre estaba fallecido). Los huesos estudiados estaban totalmente contaminados por la zona donde había sido encontrado el cadáver (basureros, contaminados y frecuentado por  numerosos animales carroñeros).  Aparecían algunos dientes temporales destruidos por caries rampantes antiguas.
Se realizaron radiografías seriadas de toda la boca y al observar los gérmenes de los primeros molares inferiores, aún sin erupcionar, que estaban en el interior del hueso mandibular, perfectamente protegidos, se pensó en la utilidad de esos elementos como elementos para la obtención de muestras de ADN.
El procedimiento de extracción se puede resumir en los siguientes pasos: Mediante una fresa redonda de carburo de tungsteno se eliminal las capas externas del hueso mandibular en la zona de aparición de los primeros molares. Una vez que se ha realizado una ventana adecuada se extraen los gérmenes encapsulados, evitando la contaminación externa. Una vez aislados estos dientes en crecimiento, se raspa el interior del tejido dental y se utiliza como muestra para el estudio genético.

En el caso descrito se analizó ADN mitocondrial que fue comparado con las muestras maternas.
El resultado positivo permitió identificar sin ninguna duda al niño desaparecido en al mes de Mayo anterior.
Los dientes son un elemento fundamental para hacer identificaciones en casos extremos.
Recientemento hemos conocido el asesinato de los niños Ruth y José en Córdoba. Una vez más los dientes han sido la pieza fundamental para desmoronar la coartada presentada por la defensa del supuesto asesino, José Bretón, padre de los niños.  En esta ocasión los huesos maxilares se destruyeron totalmente tras el largo tiempo que permaneció ardiendo la hoguera donde los hizo desaparecer y esto permitió que los dientes estudiados quedaran al descubierto frente a la acción del fuego.  

No obstante, a pesar de la dificultad para individualizar los restos, quedó demostrado que eran perteneciente a dos niños de 6 y 2 años, coincidiendo con la edad de los niños desaparecidos. A pesar de no poder individualizar los restos, la pertenencia humana y la coincidencia en la edad, demuestran perfectamente la identidad de los dos niños.

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